martes, 11 de noviembre de 2008

Pequeña Explicación de una Gran Crisis


Sin duda uno de los temas más recurrentes y complejos del año fue el de la crisis económica global desencadenada en Estados Unidos. Si bien nos acostumbramos a hablar del “índice Merval” y de los cifras millonarias que el gobierno estadounidense invertirá para frenar la crisis, la mayoría de los argentinos desconocemos cómo se desató y cúanto nos afecta una crisis que algunos auguran “peor que el Wall Street crush”.
Lo cierto es que la historia se remonta al año 2002, cuando la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) dispuso que la tasa de interés de referencia se mantuviera en un piso mínimo. Esta medida repercutió en la política de los bancos, que empezaron a dar préstamos para financiar la compra de inmuebles y redujeron los requisitos para poder tomarlos. El aumento en la demanda de viviendas hizo que su precio aumente y esto desató la famosa “burbuja inmobiliaria”. Sin embargo, el gran problema llegó en el año 2004, cuando la Reserva Federal quizo frenar la inflación y optó por enfriar la economía subiendo la tasa de interés.
Cuando se encareció el crédito, la demanda de inmuebles bajo y por ende bajaron los precios. La deuda de muchos propietarios pasó a ser más alta que el precio de su vivienda. Los primeros préstamos en caer en default fueron subprime, los que se habían otorgado a personas con menos garantía, aunque la situación enseguida se trasladó al resto de los tomadores de créditos. A partir de las complicaciones que la crisis trajo en el mercado bursátil, el problema iniciado en Estados Unidos ha tomado un alcance global.
La Argentina no es una excepción: en lo inmediato, la crisis repercute en las tasas de interés que el país va a tener que pagar para endeudarse. Tanto los bonos como las acciones argentinas forman parte de los activos riesgosos, con lo cuál los bancos que necesitan recaudar fondos optan por deshacerse de estos activos. Esta medida hace que el valor de nuestros activos caiga, por lo que aumentan sus intereses.
El aumento en las tasas de interés al Estado no tardó en trasladarse a los ciudadanos, lo que dificulta cada vez más el acceso al crédito.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Short & Sweet