lunes, 17 de noviembre de 2008

Wall Street y la tristeza de ya no ser


A esta altura de la crisis financiera global sus efectos ya comienzan a reflejarse no solo en índices, precios de bonos y liquidez bancaria, sino también en los hábitos y la manera de pensar de gran parte de la sociedad norteamericana.

Nueva York ya no brinda esas postales exitistas y de bacanales despilfarros que supieran retratarar de forma magistral autores como Tom Wolfe o Scott Fitzgerald. El clima se parece más a un escrito de Paul Auster donde la rabia y el desconcierto ocupan un lugar preferencial.

Los ejecutivos de entidades como Lehman Brothers, Citigroup, Merril Lynch y Fannie Mae pasaron de ser vistos como los símbolos de una época (la de las bancas de inversión) a ser depreciados y tratados como ladrones y especuladores. Ya no se trata de jóvenes formados en universidades del este y que hablan inglés sin acento, lo mejor de una nación, sino de un grupo de apostadores ebrios de codicia que se jugaron todo en una ruleta que antes de marzo dejará a 5 millones de personas sin casa y seguro médico.

No solo estamos ante un cambio en los modelos económicos sino ante un cambio en la concepción de la palabra éxito, ese vocablo tan lejano en este invierno tan gris que cubre a Wall Street.

1 comentario:

Anónimo dijo...

y ya deben estar pensando que la estatua da demasiada sombra para lo poco grande que es...

...pero qué linda que era unos años atrás.